Es el más mayor de todos, una vida larga en el mundo horrible de la caza, y aún así sigue demostrando que es todo ternura y amor.
Zipi ha mejorado desde que llegó a la prote, sobre todo va cogiendo poco a poco peso, que venían todos en los huesos.
Con las personas es un amor, como se nota que nunca ha recibido amor, ahora hasta cierra los ojitos cuando te acercas a acariciarle y notas como su corazón se alegra.
Nos produce mucha ternura que esté con nosotros, a salvo, pero lo que necesita ahora es encontrar un hogar donde disfrutar en compañía y calentito.
La prote no es sitio para abueletes, los días se le hacen muy largos y las noches más aún.